DESEO SEXUAL INHIBIDO
El deseo sexual inhibido o falta de deseo sexual hace referencia a aquellas personas que no tienen apetito sexual a pesar de encontrarse disponibles y en plena capacidad física de poder tener relaciones sexuales. Normalmente, las personas que acuden a consulta por un problema de bajo deseo lo hacen porque su pareja no está satisfecha y por los problemas que ello ocasiona en la relación.
A menudo estas personas no sólo sienten un desinterés hacia el coito sino por toda la conducta sexual: masturbación, falta de fantasías sexuales, bajo interés en material erótico etc.
Entre los factores comunes se encuentran: problemas de comunicación, falta de afecto, conflictos de poder y la falta de tiempo para que la pareja pueda estar a solas. Por otra parte, el deseo sexual inhibido también puede ocurrir en personas que han tenido una educación sexual muy estricta durante la crianza, actitudes negativas hacia el sexo o experiencias sexuales traumáticas.
Es un problema más frecuente en mujeres pero también acuden hombres a consulta por este motivo. En el caso de los hombre, suele corresponderse con periodos de mayor estrés o si subyacen otros problemas como la disfunción eréctil. (si creen que no tendrán una buena erección para el coito, prefieren no llegar a desearlo y evitar un encuentro sexual frustrado).
La falta de apetito y todo lo que eso supone en la pareja deriva en una serie de problemas psicológicos, llevando a la persona que lo padece a estados depresivos, bajo nivel de autoestima y ansiedad entre otros.